Suelo despertar en el mismo lado de la cama, por lo general casi siempre me meto en la cama y me salgo de ella por el lado derecho, yo mirando la cama desde los pies de ésta, aunque no posee pies, es una forma de decir para que uds puedan ubicar la posición que les estoy tratando de explicar. Muchas veces las cosas hay que explicarlas muy bien, puede que alguien no entienda una simple descripción o instrucción, esto puede llevar a un caos, a una fatalidad o cualquier situación perjudicial, las cuales serían muy lamentables.
Muy pocas veces según mí experiencia algo sale bien. Pero bueno, eso es historia de otro cuento, hoy deseo comentarle a ud, que las cosas están relacionadas entre sí y cualquier modificación afectará su vida por siempre. Eso creo: bueno; mí experiencia me lo dice. Entre creer y no creer, creo yo, mejor creer ¿o no?
En el desayuno siempre el orden de mí tacita para el té o café, el pan, la silla, toda la forma debe estar en perfecta posición, para disponer del agua caliente sobre la taza, puede uno quemarse la piel y esto sería una fatalidad muy dolorosa y las consecuencias podrían ser terribles, no por las marcas que puedan quedar en la piel, si no por las miles o millones de situaciones que esto podría traer a mi vida, ver nuevas personas, moverme a otro lugar y todas las cosas que conlleva efectuar un cambio en la estructura diaria de mi vida o la vida de cualquier persona.
También decisiones o acciones (de otros individuos) traerán consecuencias de sus actos hasta mí, sin yo quererlo.
Vuelvo nuevamente a lo que les estaba contando.
Disponer de la mesa y de toda esa parafernalia que implica el desayuno, no es simple, ya levantarse de la cama es algo tremendamente complejo, disponer de un pie y pierna por delante de la otra, levantar el cuerpo desde las caderas hacía arriba, todo es complejo y debe ser cuidadosamente planificado para que todos los movimientos sean perfectos y enarmonia al entorno, no vaya a ser que al salir de la cama des un mal paso y de pronto uno de esos pies golpee el ángulo de la pata de la cama o cualquier otro mueble y tu pequeño dedo meñique se doble por completo hacia el lado exterior. Bueno eso es muy doloroso y también puede traer cómo les comente anteriormente, posibles catástrofes en tú vida o en la de cualquier persona, animal, incluso un insecto. Tan sólo imagínate que estás llorando de dolor y decides llamar al médico para pedir una cita, llamas al médico quien probablemente está en alguna situación de su cotidianeidad, tan sólo tu llamada podría ejecutar: poner en marcha toda otra ruta de situaciones que no estaban en el plan maestro (subconsciente) de ese médico; esa llamada claramente lo va a retrasar en lo que el estaba haciendo y puede (si es casado o tiene pareja) que, de pronto mientras habla contigo su esposa pase por detrás de él; lo acaricia, terminan en la cama; y quien sabe, ella queda embarazada, o ella aprovecha esa ausencia de él; era lo que esperaba, ése minuto a solas y se suicida; o también tú llamada está bloqueando otra llamada que también es importante para ése supuesto o supuesta persona y todo esto puede llevar a una muerte o el nacimiento de una nueva vida. O debido a esa llamada sales apurado y te atropella un vehículo o justo coincides y te cruzas con el amor de tu vida.
Las posibilidades son infinitas y ante todo ése océano de dificultades o posibles consecuencias es mejor detenerse y observar muy bien cada acto que deseas realizar.
La tácita para el o café: por lo general es la misma que uso todos los días; mover otra taza de la estantería podría generar efectos caóticos en los otros artefactos.
La cucharita: al lado de la taza pero sin platillo, sin azúcar, sólo un café o un té, ése es mi desayuno. El desayuno: dicen es la comida más importante del día; creo que no es así, pero no quiero pensar distinto a las multitudes, pues podría desarrollar un desacople de ésa llamada "conciencia colectiva " y es mejor no pensar en eso porque también es posible otras consecuencias que no quiero imaginar por razones obviamente obvias.
Entonces: bebo él te o el café: siempre sin azúcar y sin usar la cucharita; mientras sucede el acto del desayuno, miro por la ventana que está ubicada frente a la mesa y me dedico a imaginar posibles situaciones, pienso en tantas cosas: cosas que no deseo que interfieran en otras mentes.
A la hora del almuerzo: hora que respeto sagradamente; creo que todo tiene su espacio y momento, el almuerzo no es del todo distinto. En éste acto: sólo cambio la taza por un plato que siempre es el mismo; tenedor, cuchara, cuchillo, servilleta, todo también en perfecto orden ( para mí ), muchas veces el orden de uno es el caos del otro.
El almuerzo, la cena, bueno, toda esa cotidianeidad que involucra el acto de comer para existir.
Mi vida en el día a día: es algo apagada; quiero decir, sombría, me gusta mí soledad y dedicarme a mis cosas, no son muchas, no siempre hago cosas, hay momentos en los cuales hago menos que más y sólo observo, pienso y duermo, es necesario también comer, es por eso que insisto en hablar de la mesa y todo lo que en ella ocurre, pero ¡atención! Cuidado en lo que haces con la mesa; sobre ella y bajo de ella, incluso en sus bordes y ángulos, recuerde ud que toda acción puede llevarlo a multiples situaciones; buenas o malas, todo dependerá del azar.
La vida y todo lo que en ella ocurre es algo así como una ruleta rusa. Las vueltas de la vida, son armas cargadas: pueden dar en el blanco o jamás ud se enterará que estuvo a un milímetro de que algo le sucediera.
Siempre la comida es importante, siempre la vida dará platos y tacitas para lavar, muchas veces se nos resbala de nuestras manos algún artefacto; de pronto en un segundo, esa tacita que calmaba el frío de mis manos mientras contenía el café, o cuantas veces aplacó mi sed o ese plato que contuvo algo importante cómo el alimento; de pronto todo se rompe y sientes pena, sientes tristeza, se fue mí artefacto preferido y tienes que buscar entre la estantería y sacar otra taza o plato y modificar todo ese orden por un mal movimiento de tus dedos, mis dedos, pero sucede y más de lo que crea ud o yo.
Al viajar a mi infancia: recuerdo a mi querida abuela; cada vez caía un tenedor, cuchillo o cuchara ella decía: va a llegar una mujer, un hombre o mi abuelo decía me duele tal hueso: era que tenía que llover y llovía y en el caso del tenedor o cuchara, siempre o casi siempre llegaba esa mujer u hombre, es decir: mis abuelos sabían de ésta realidad de las situaciones conectadas y cómo una acto podía generar una acción en otra realidad (tú realidad).
Siempre al acostarme cómo dije al comienzo entro a la cama por el lado derecho de ésta, mirando la cama desde los pies, no quiero decir que mis pies tengan ojos, me refiero al lugar en donde (generalmente) ponemos los pies cuando estamos sobre la cama, arriba de la cama o cómo ud quiera decir a esa acción de acostarse. Ahora bien también se puede uno acostar sobre cualquier otra cosa que no sea una cama, incluso personas en situacion de calle llaman cama a cartones apilados. Todo depende de la realidades que cada uno de nosotros tiene respecto al lugar y tiempo en donde estemos existiendo.
En las noches antes de realizar esa acción de "acostarme" siempre pensaba en el otro día, pero jamás vi ese día, sólo lo pensaba desde el punto de vista de la esperanza:
"La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre. Friedrich Nietzsche"
Entonces, lentamente cierro mis ojos, así cómo si estuviera muriendo: dando mis últimos alientos y me dejó ir a los confines de mi subconsciente; al despertar nuevamente comienza el rito, todo se repite casi tan exactamente cómo el día anterior, pues bien sabe mi mente en algún rincón que cualquier modificación de esta experiencia que llamo vida, puede colapsar, así tal cual cae un cubo de azúcar al suelo: se rompe; mi vida es cómo ese cubo dulce, todo debe ser perfecto en todas sus formas, pues la vida pende de una acción, ésta acción pudo ser planificada o tan sólo eso que llamo destino desató el resultado inesperado.
Cuando salgo de mí casa: siento cómo todos me observan; el señor jardinero, el vecino, incluso los perros me miran de reojo. Entonces comienzo a dudar de cómo caninar: meto las manos dentro de mis bolsillos; sudan, las sacó y cruzó los brazos, comienzo a realizar movimientos que me saquen del apuro: imposible; todos sin excepción me miran y murmullos entre ellos sobre mí me rodean; los ojos, las voces, todo confabula en mí viaje.
La casa: por lo general es mi lugar preferido: aquí sucede la magia.
Desde niño veo en los dibujos animados humanos en forma de "dibujos" hablando con animales con formas humanas: también artefactos con ojos y voces que interactúan entre ellos en un mundo lleno de posibilidades: después dicen que enloquecidos estamos: claro; si alimentan las mentes con situaciones que en algún momento nos dirán que no son lo que creímos: incluso el tan amado santa claus o un simple "te lo prometo" todo es parte de éste miserable escenario que nos dijeron: deben llamar realidad; cómo si ésta fuera real.
Y los artefactos que uso para comer, siguen atentos esperando algún movimiento, algún tropiezo.
Bueno: es tarde, buenas noches.
Autor: Francisco Muñoz Vega - Francesco Muga.
Muy pocas veces según mí experiencia algo sale bien. Pero bueno, eso es historia de otro cuento, hoy deseo comentarle a ud, que las cosas están relacionadas entre sí y cualquier modificación afectará su vida por siempre. Eso creo: bueno; mí experiencia me lo dice. Entre creer y no creer, creo yo, mejor creer ¿o no?
En el desayuno siempre el orden de mí tacita para el té o café, el pan, la silla, toda la forma debe estar en perfecta posición, para disponer del agua caliente sobre la taza, puede uno quemarse la piel y esto sería una fatalidad muy dolorosa y las consecuencias podrían ser terribles, no por las marcas que puedan quedar en la piel, si no por las miles o millones de situaciones que esto podría traer a mi vida, ver nuevas personas, moverme a otro lugar y todas las cosas que conlleva efectuar un cambio en la estructura diaria de mi vida o la vida de cualquier persona.
También decisiones o acciones (de otros individuos) traerán consecuencias de sus actos hasta mí, sin yo quererlo.
Vuelvo nuevamente a lo que les estaba contando.
Disponer de la mesa y de toda esa parafernalia que implica el desayuno, no es simple, ya levantarse de la cama es algo tremendamente complejo, disponer de un pie y pierna por delante de la otra, levantar el cuerpo desde las caderas hacía arriba, todo es complejo y debe ser cuidadosamente planificado para que todos los movimientos sean perfectos y enarmonia al entorno, no vaya a ser que al salir de la cama des un mal paso y de pronto uno de esos pies golpee el ángulo de la pata de la cama o cualquier otro mueble y tu pequeño dedo meñique se doble por completo hacia el lado exterior. Bueno eso es muy doloroso y también puede traer cómo les comente anteriormente, posibles catástrofes en tú vida o en la de cualquier persona, animal, incluso un insecto. Tan sólo imagínate que estás llorando de dolor y decides llamar al médico para pedir una cita, llamas al médico quien probablemente está en alguna situación de su cotidianeidad, tan sólo tu llamada podría ejecutar: poner en marcha toda otra ruta de situaciones que no estaban en el plan maestro (subconsciente) de ese médico; esa llamada claramente lo va a retrasar en lo que el estaba haciendo y puede (si es casado o tiene pareja) que, de pronto mientras habla contigo su esposa pase por detrás de él; lo acaricia, terminan en la cama; y quien sabe, ella queda embarazada, o ella aprovecha esa ausencia de él; era lo que esperaba, ése minuto a solas y se suicida; o también tú llamada está bloqueando otra llamada que también es importante para ése supuesto o supuesta persona y todo esto puede llevar a una muerte o el nacimiento de una nueva vida. O debido a esa llamada sales apurado y te atropella un vehículo o justo coincides y te cruzas con el amor de tu vida.
Las posibilidades son infinitas y ante todo ése océano de dificultades o posibles consecuencias es mejor detenerse y observar muy bien cada acto que deseas realizar.
La tácita para el o café: por lo general es la misma que uso todos los días; mover otra taza de la estantería podría generar efectos caóticos en los otros artefactos.
La cucharita: al lado de la taza pero sin platillo, sin azúcar, sólo un café o un té, ése es mi desayuno. El desayuno: dicen es la comida más importante del día; creo que no es así, pero no quiero pensar distinto a las multitudes, pues podría desarrollar un desacople de ésa llamada "conciencia colectiva " y es mejor no pensar en eso porque también es posible otras consecuencias que no quiero imaginar por razones obviamente obvias.
Entonces: bebo él te o el café: siempre sin azúcar y sin usar la cucharita; mientras sucede el acto del desayuno, miro por la ventana que está ubicada frente a la mesa y me dedico a imaginar posibles situaciones, pienso en tantas cosas: cosas que no deseo que interfieran en otras mentes.
A la hora del almuerzo: hora que respeto sagradamente; creo que todo tiene su espacio y momento, el almuerzo no es del todo distinto. En éste acto: sólo cambio la taza por un plato que siempre es el mismo; tenedor, cuchara, cuchillo, servilleta, todo también en perfecto orden ( para mí ), muchas veces el orden de uno es el caos del otro.
El almuerzo, la cena, bueno, toda esa cotidianeidad que involucra el acto de comer para existir.
Mi vida en el día a día: es algo apagada; quiero decir, sombría, me gusta mí soledad y dedicarme a mis cosas, no son muchas, no siempre hago cosas, hay momentos en los cuales hago menos que más y sólo observo, pienso y duermo, es necesario también comer, es por eso que insisto en hablar de la mesa y todo lo que en ella ocurre, pero ¡atención! Cuidado en lo que haces con la mesa; sobre ella y bajo de ella, incluso en sus bordes y ángulos, recuerde ud que toda acción puede llevarlo a multiples situaciones; buenas o malas, todo dependerá del azar.
La vida y todo lo que en ella ocurre es algo así como una ruleta rusa. Las vueltas de la vida, son armas cargadas: pueden dar en el blanco o jamás ud se enterará que estuvo a un milímetro de que algo le sucediera.
Siempre la comida es importante, siempre la vida dará platos y tacitas para lavar, muchas veces se nos resbala de nuestras manos algún artefacto; de pronto en un segundo, esa tacita que calmaba el frío de mis manos mientras contenía el café, o cuantas veces aplacó mi sed o ese plato que contuvo algo importante cómo el alimento; de pronto todo se rompe y sientes pena, sientes tristeza, se fue mí artefacto preferido y tienes que buscar entre la estantería y sacar otra taza o plato y modificar todo ese orden por un mal movimiento de tus dedos, mis dedos, pero sucede y más de lo que crea ud o yo.
Al viajar a mi infancia: recuerdo a mi querida abuela; cada vez caía un tenedor, cuchillo o cuchara ella decía: va a llegar una mujer, un hombre o mi abuelo decía me duele tal hueso: era que tenía que llover y llovía y en el caso del tenedor o cuchara, siempre o casi siempre llegaba esa mujer u hombre, es decir: mis abuelos sabían de ésta realidad de las situaciones conectadas y cómo una acto podía generar una acción en otra realidad (tú realidad).
Siempre al acostarme cómo dije al comienzo entro a la cama por el lado derecho de ésta, mirando la cama desde los pies, no quiero decir que mis pies tengan ojos, me refiero al lugar en donde (generalmente) ponemos los pies cuando estamos sobre la cama, arriba de la cama o cómo ud quiera decir a esa acción de acostarse. Ahora bien también se puede uno acostar sobre cualquier otra cosa que no sea una cama, incluso personas en situacion de calle llaman cama a cartones apilados. Todo depende de la realidades que cada uno de nosotros tiene respecto al lugar y tiempo en donde estemos existiendo.
En las noches antes de realizar esa acción de "acostarme" siempre pensaba en el otro día, pero jamás vi ese día, sólo lo pensaba desde el punto de vista de la esperanza:
"La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre. Friedrich Nietzsche"
Entonces, lentamente cierro mis ojos, así cómo si estuviera muriendo: dando mis últimos alientos y me dejó ir a los confines de mi subconsciente; al despertar nuevamente comienza el rito, todo se repite casi tan exactamente cómo el día anterior, pues bien sabe mi mente en algún rincón que cualquier modificación de esta experiencia que llamo vida, puede colapsar, así tal cual cae un cubo de azúcar al suelo: se rompe; mi vida es cómo ese cubo dulce, todo debe ser perfecto en todas sus formas, pues la vida pende de una acción, ésta acción pudo ser planificada o tan sólo eso que llamo destino desató el resultado inesperado.
Cuando salgo de mí casa: siento cómo todos me observan; el señor jardinero, el vecino, incluso los perros me miran de reojo. Entonces comienzo a dudar de cómo caninar: meto las manos dentro de mis bolsillos; sudan, las sacó y cruzó los brazos, comienzo a realizar movimientos que me saquen del apuro: imposible; todos sin excepción me miran y murmullos entre ellos sobre mí me rodean; los ojos, las voces, todo confabula en mí viaje.
La casa: por lo general es mi lugar preferido: aquí sucede la magia.
Desde niño veo en los dibujos animados humanos en forma de "dibujos" hablando con animales con formas humanas: también artefactos con ojos y voces que interactúan entre ellos en un mundo lleno de posibilidades: después dicen que enloquecidos estamos: claro; si alimentan las mentes con situaciones que en algún momento nos dirán que no son lo que creímos: incluso el tan amado santa claus o un simple "te lo prometo" todo es parte de éste miserable escenario que nos dijeron: deben llamar realidad; cómo si ésta fuera real.
Y los artefactos que uso para comer, siguen atentos esperando algún movimiento, algún tropiezo.
Bueno: es tarde, buenas noches.
Autor: Francisco Muñoz Vega - Francesco Muga.
