Tenias tanto tanto y fuiste redimido,
entre tus manos llevabas proyectos,
sueños por dormir y crear,
a tú lado niños que alimentar.
perdiste los ojos la esperanza,
te jugaste el futuro las promesas,
ese fragmento de vida que poseías,
la vida que no tenían.
El poder del estado opresor,
las lágrimas del hambre se desangran,
y entre tanto odio creciste sin amparo.
Viste morir al padre a tú madre,
tus caminos sin rumbo sin fe,
la pobreza y el frío,
las vidas y los sueños prohibidos.
el pan de cada día no existe,
el beso al despertar del desayuno,
hambre con el pueblo con la muerte.
Viste pasar el tiempo y las miradas,
los olvidos del gobierno desgobernado,
el martillo y el dolor las manos rotas por sudor.
Las noches frías entre los huesos de tus niños duermen, los calcetines rotos sin barro son el sueño.
las uñas negras el pan duro el cartón y el desconsuelo.
El grito nace desde el frío desde el barro,
nace el puño alzado el golpe y la piedra,
nace el sueño que despierta del olvido,
El relámpago que rompe el cielo.
Castigar al opresor al ladrón a la propaganda.
no hay banderas no hay himnos,
pues la vida se levanta,
desde él cartón y el barro,
entre las miradas perdidas nace el hambre y la palabra,
la piedra y la marcha.
Ya no hay miedos no hay esperanza,
no hay más que una mano una piedra
un palo una mecha un sueño una mirada.
Esos ojos pequeños piden sueños,
esas manitos sin miedo piden el pan,
esos pies desde el barro se levantan,
despiertan del olvido,
de la convalecencia privada.
Autor: Francisco Muñoz Vega - Francesco Muga.
entre tus manos llevabas proyectos,
sueños por dormir y crear,
a tú lado niños que alimentar.
perdiste los ojos la esperanza,
te jugaste el futuro las promesas,
ese fragmento de vida que poseías,
la vida que no tenían.
El poder del estado opresor,
las lágrimas del hambre se desangran,
y entre tanto odio creciste sin amparo.
Viste morir al padre a tú madre,
tus caminos sin rumbo sin fe,
la pobreza y el frío,
las vidas y los sueños prohibidos.
el pan de cada día no existe,
el beso al despertar del desayuno,
hambre con el pueblo con la muerte.
Viste pasar el tiempo y las miradas,
los olvidos del gobierno desgobernado,
el martillo y el dolor las manos rotas por sudor.
Las noches frías entre los huesos de tus niños duermen, los calcetines rotos sin barro son el sueño.
las uñas negras el pan duro el cartón y el desconsuelo.
El grito nace desde el frío desde el barro,
nace el puño alzado el golpe y la piedra,
nace el sueño que despierta del olvido,
El relámpago que rompe el cielo.
Castigar al opresor al ladrón a la propaganda.
no hay banderas no hay himnos,
pues la vida se levanta,
desde él cartón y el barro,
entre las miradas perdidas nace el hambre y la palabra,
la piedra y la marcha.
Ya no hay miedos no hay esperanza,
no hay más que una mano una piedra
un palo una mecha un sueño una mirada.
Esos ojos pequeños piden sueños,
esas manitos sin miedo piden el pan,
esos pies desde el barro se levantan,
despiertan del olvido,
de la convalecencia privada.
Autor: Francisco Muñoz Vega - Francesco Muga.
