A esta edad me pregunto
¿todo el tiempo vivido valió la pena?
Claro, creo que muchas cosas valieron la pena, pero si tan solo hubiera tenido un poco más de fortalezas y sangre fría para lo que realmente hubiera valido la pena hacer.
Ahora muchas cosas vienen a mi mente cuestionan mis actos pasados, claro, siempre después de algo las respuestas nacen de forma perfecta en toda su forma, siempre se dice; "porqué no le dije esto".
Cómo si la vida diera otras oportunidades.
La vida, la muerte, el proceso: la espera entre éstas dos cosas llamada proceso. Ése momento que dejamos pasar pensando en lo que viene, cómo si todo lo que pensamos que tenía que pasar hubiera estado al alcance de nuestros sentidos.
Que nostalgias saber que el tiempo, éso que creímos nuestro, se nos escapó de las manos, de la mente, de los ojos.
Se nos fue la vida creyendo que todo nos pertenecía.
Ahora que estás de la manera que no querías, en el tiempo que no querías, en el lugar que no soñaste, ahora, tan sólo ahora comprendes que nada tenía sentido, lo único con-sentido fue reflejar tus ojos en tus propios ojos, frente a un espejo, frente a la nada que no sabías que existía, frente a tú vida, que es ésa nada, que también es a donde vas.
Lo que queda en otros ojos, en otras manos, en otra piel.
Todo pierde sentido, la existencia se esfuma, pierdes la razón, la opinión.
Se va todo al cajón del olvido, en donde las promesas, los sueños, las caricias, las palabras y todo aquello que quedó inconcluso, todo a quedado bajo el cierre de la llave maestra, esa que una vez abrió tus ojos y que ahora los oscurece.
Se terminó, la botella, la copa, las misas, el Diablo, Dios, el sexo, la rabia, los diplomas, los olvidos.
Te fuiste y no te diste cuenta, te fuiste y te olvidaste de la muerte, olvidaste los helados, los juegos, las sonrisas, incluso si escuchas, observas y focaliza toda tú atención, en algún lugar, en alguna parte, olvidaste también tú vida.
Autor: Francisco Muñoz Vega - Francesco Muga.
¿todo el tiempo vivido valió la pena?
Claro, creo que muchas cosas valieron la pena, pero si tan solo hubiera tenido un poco más de fortalezas y sangre fría para lo que realmente hubiera valido la pena hacer.
Ahora muchas cosas vienen a mi mente cuestionan mis actos pasados, claro, siempre después de algo las respuestas nacen de forma perfecta en toda su forma, siempre se dice; "porqué no le dije esto".
Cómo si la vida diera otras oportunidades.
La vida, la muerte, el proceso: la espera entre éstas dos cosas llamada proceso. Ése momento que dejamos pasar pensando en lo que viene, cómo si todo lo que pensamos que tenía que pasar hubiera estado al alcance de nuestros sentidos.
Que nostalgias saber que el tiempo, éso que creímos nuestro, se nos escapó de las manos, de la mente, de los ojos.
Se nos fue la vida creyendo que todo nos pertenecía.
Ahora que estás de la manera que no querías, en el tiempo que no querías, en el lugar que no soñaste, ahora, tan sólo ahora comprendes que nada tenía sentido, lo único con-sentido fue reflejar tus ojos en tus propios ojos, frente a un espejo, frente a la nada que no sabías que existía, frente a tú vida, que es ésa nada, que también es a donde vas.
Lo que queda en otros ojos, en otras manos, en otra piel.
Todo pierde sentido, la existencia se esfuma, pierdes la razón, la opinión.
Se va todo al cajón del olvido, en donde las promesas, los sueños, las caricias, las palabras y todo aquello que quedó inconcluso, todo a quedado bajo el cierre de la llave maestra, esa que una vez abrió tus ojos y que ahora los oscurece.
Se terminó, la botella, la copa, las misas, el Diablo, Dios, el sexo, la rabia, los diplomas, los olvidos.
Te fuiste y no te diste cuenta, te fuiste y te olvidaste de la muerte, olvidaste los helados, los juegos, las sonrisas, incluso si escuchas, observas y focaliza toda tú atención, en algún lugar, en alguna parte, olvidaste también tú vida.
Autor: Francisco Muñoz Vega - Francesco Muga.